Hablamos con Pedro Yedra sobre la nueva educación. Él es director del Colegio Salesiano San Juan Bosco y, por encima de todo, un apasionado de la pedagogía. Lucha por una «escuela de calidad para aquellos alumnos con menos recursos». Escribe sobre aprendizaje cooperativo en el blog Don Bosco educa. Charlamos sobre la importancia de las nuevas tecnologías y los espacios educativos.
Cada vez se habla más de los nuevos métodos pedagógicos y de la necesidad de cambiar el panorama. El perfil de los alumnos cambia, empiezan a usar la tablet casi en la cuna. ¿Cómo se deben aplicar las TIC en la nueva educación?
No hay que confundir tecnología con innovación educativa. Ciertamente las TIC pueden jugar un papel importante en la transformación de nuestros colegios y aulas. Pero también es verdad que se pueden llegar a hacer fuertes inversiones y no cambiar nada. La transformación de los centros tiene que basarse en cuatro vértices: su organización; la relación profesores – alumnos; el currículum, metodología y evaluación y, por último, los espacios.
Las estructuras piramidales se pueden convertir en un cuello de botella para taponar iniciativas. Hay que pasar a una organización más horizontal basada en la confianza. Necesitamos organizaciones que dediquen esfuerzos a la visión y no sólo a la gestión. Es necesario pasar a una organización de procesos. Por otro lado se trata de poner al alumno en el centro confiando en su capacidad para aprender. Desde esta transformación profunda, la tecnología podrá ayudarnos bastante.
Están surgiendo muchos modelos educativos: Montessori, el aprendizaje cooperativo o el propio house-learning. Cuéntanos un poco sobre los más destacados. ¿Con cuál te quedas?
No se trata tanto de modelos concretos, es más importante tener claro qué alumno se quiere educar y qué profesores debemos ser para ellos. Un centro debe tener claro qué valores quiere educar. Si no hace esto, los valores que se transmiten pasan al currículum oculto y esto es algo que no nos podemos permitir. Por ejemplo, no podemos preparar ciudadanos para una democracia participativa si sus colegios no son un reflejo de lo que queremos educar. Deben desaparecer los lugares de poder en las aulas, como las tarimas o la mesa del profesor. Alumnos y profesores debemos compartir los mismos espacios.
Por lo tanto, me quedo con cualquier modelo que ayude al alumno a pensar, a ser crítico, autónomo, capaz de convertir información en conocimiento, solidario y comprometido socialmente. Desde un punto de vista antropológico, se trata de hacer el espacio educativo menos autoritario, más horizontal. La autoridad al profesor no se la da la administración pública ni la imposición. La verdadera autoridad nos la dan los alumnos.
La educación en España no pasa por su mejor momento. ¿Crees la causa es que seguimos los modelos tradicionales en vez de modernizarnos?
En España hay un gran movimiento de cambio. Hay grandes instituciones que ya han ido abriendo caminos desde hace tiempo. Desde las Misioneras de Nazaret y su buque insignia, el Col·legi Montserrat de Barcelona, a otros muchos colegios grandes y pequeños, públicos y concertados, algunos en barrios muy desfavorecidos o incluso en escuelas rurales. Es cierto que queda mucho por hacer, pero este movimiento es imparable y ha venido para quedarse. También es verdad que hay mucha resistencia. Ésta está motivada fundamentalmente por el miedo. Existe un temor paralizante que, cuando se instala sobre los que deciden, puede hacer mucho daño.
Pero hay muchas cosas buenas que ya se están haciendo. Hay congregaciones religiosas que ya llevan en su ADN valores muy positivos. En España hay movimientos muy interesantes y colegios tanto públicos como privados que están trabajando en esta línea con grandes profesionales.
¿Por qué crees que las escuelas tienen miedo al cambio?
Estamos en un momento apasionante, pero todo lo desconocido da miedo. Hay ejemplos en centros españoles que demuestran que la motivación intrínseca aumenta cuando se confía en los alumnos, se les coloca en el centro del proceso educativo y se le ayuda a comprender y no a memorizar.
El gran error es pensar que los alumnos están aprendiendo sólo por estar en silencio escuchando las explicaciones del profesor. Silencio no es igual a atención. Memorizar no es aprender. El gran potencial en nuestra sociedad actual es la inteligencia. Necesitamos personas que sean capaces de convertir la gran cantidad de información disponible en conocimientos. Este es el gran reto. Obviamente, para conseguirlo, hay que cambiar estructuras, metodologías y el papel del profesor.
¿Estás a favor de los deberes o crees que el trabajo se debe hacer en clase?
Si los deberes son un complemento interesante y motivador de lo que hacemos en clase, sí estoy a favor de ellos. Pero hay que tener cuidado. No pueden ser una carga pesada y agobiante. He visto agendas de alumnos de primaria con tal cantidad de deberes que es para llevarse las manos a la cabeza. Pero también he visto ideas muy motivantes. Hay colegios que invitan a leer juntos en familia. Centros que enseñan a los papás a leer críticamente con los más pequeños, haciéndose buenas preguntas.
En otros lugares, los deberes son un vídeo de no más de 5 0 7 minutos, que es la explicación del profesor, porque la tarea la hacen en clase con la supervisión del profesor. Este último modelo conocido como clases inversas o al revés está dando también buenos resultados.
¿Y de los exámenes? ¿Es bueno para un alumno someterse a tanta presión para poder sacar de curso? ¿Hay alternativas más eficientes?
Los exámenes son un recurso más, pero no pueden ser el único recurso. Además, las preguntas deben evaluar la comprensión y no la memoria. Un examen con buenas preguntas, que evalúe destrezas cognitivas de alto nivel y no la mera memorización, puede ser una buena herramienta. Pero hay otros muchos recursos para la evaluación a tener en cuenta.
Nuestras evaluaciones suelen ser sumativas. En definitiva las familias, la administración pública pide a los docentes una calificación final. Sin embargo, el proceso es mucho más importante. La evaluación es mucho más que la calificación final. Que los alumnos descubran dónde se equivocan y puedan corregirlo durante el proceso. Que los profesores podamos ayudar a detectar esos problemas de aprendizaje y podamos poner solución hace del error nuestro aliado y no un elemento a penalizar.
No se trata de erradicar el esfuerzo. Creo en la cultura del esfuerzo. Pero éste se dará cuando haya motivación. Los alumnos asumirán la presión cuando quieren aprender y están motivado para ellos. Cuando no es así, la presión les hará desistir.
Los expertos habéis comprobado que no tiene sentido introducir tecnología en el aula sin una filosofía detrás, sin un “método”. ¿Qué es QBits y por qué es tan relevante?
El propósito esencial de QBits es que los alumnos entiendan los conceptos matemáticos a través de experimentarlos utilizando material concreto. Hay otros programas muy buenos para las matemáticas, la ventaja de QBits es que está al alcance de todos, convirtiéndose en un modelo de calidad altamente inclusivo.
Este método está creado con una filosofía de enseñanza aprendizaje que promueve valores, normas de comportamiento en el aula, normas de convivencia y de relación, lo que ayuda no sólo para aprender matemáticas, sino todas las demás actividades que se desarrollen en el aula.
Las reglas de aplicación de QBits enseñan a los niños a respetar los turnos, con un propósito más profundo que solamente el respeto a las personas. Cuando se usa QBits se debe respetar la mente del que está pensando. Qbits pretende enseñar a los alumnos a observar sus propios patrones de pensamiento, y simultáneamente dar suficiente tiempo en el que hay que pensar y concentrarse.
Otro aspecto importante es que el método QBits está diseñado para proveer al aula con materiales de desarrollo, es decir, material concreto con el cual se puede aprender desde lo más simple, como por ejemplo contar, hasta lo mas complejo como el álgebra.
[su_box title=»¿Qué son los materiales de desarrollo?» box_color=»#ed3123″]La diferencia entre los materiales de desarrollo y los materiales didácticos es que los de desarrollo están diseñados para ser usados con infinitas posibilidades de enseñanza o de aprendizaje. Los materiales didácticos sólo se usan para el único propósito con el que fueron diseñados.[/su_box]
La diferencia entre los materiales de desarrollo y los materiales didácticos es que los de desarrollo están diseñados para ser usados con infinitas posibilidades de enseñanza o de aprendizaje. Los materiales didácticos sólo se usan para el único propósito con el que fueron diseñados.
Gracias a esto el maestro cuenta con elementos para sus distintos ritmos y diferentes estilos de aprendizaje que existen en toda aula escolar. Con QBits los chicos pueden ir a su propio ritmo y no necesitan hacer todos lo mismo al mismo tiempo. Cada quien puede aprender a su tiempo. Por ejemplo, los alumnos que van muy rápido y que entienden todo pueden adelantar con ejercicios más complejos, los alumnos que requieren más tiempo de comprensión pueden concentrarse en su propio ejercicio o pedir ayuda al maestro. El profesor se encuentra más libre para estar con los chicos que lo necesiten más.
Los problemas que se presentan dentro del aula del siglo XXI son problemas complejos, es por esto que la tecnología en sí misma no es la solución. Es importante que los métodos pedagógicos involucren la tecnología, pero es mucho más importante que estos métodos estén contenidos por marcos pedagógicos que le den a los profesores soluciones integrales.
Mirplay trabaja para crear aulas que fomenten el aprendizaje cooperativo, que cada vez están ganando más terreno en el sector educativo. ¿Crees que aprender los unos de los otros es un buen método de aprendizaje?
Los profesores tenemos que atender a la diversidad, pero en aulas con veinticinco o con treinta alumnos es imposible. El Aprendizaje Cooperativo es mucho más que un método. Trabajar en cooperativo hace cambiar la estructura del aula, la relación entre los alumnos y la de los profesores con ellos. El Aprendizaje Cooperativo vertebra y transforma un colegio.
Allá donde no pueden llegar los profesores, llegan nuestros alumnos si le damos los medios para hacerlo. No se trata de decirles que trabajen en grupo, hay que enseñarles a hacerlo eficazmente.
El aprendizaje Cooperativo ha llegado para quedarse. No es, como se dice, una moda. Es una competencia que se nos pide enseñar y que nuestros alumnos necesitan aprender.
Una de las apuestas de Mirplay son las aulas flexibles que permiten cambiar la disposición del aula fácilmente. ¿Crees que eso facilita el aprendizaje?
En Salesianos La Cuesta optamos por superaulas, espacios flexibles. En los primeros años nos equivocamos con el mobiliario. Era pesado y poco flexible aunque garantizaba el trabajo cooperativo. Diferentes tipos de mobiliarios y diferentes espacios facilitan el trabajo.
Es verdad que se puede trabajar cooperativo con las mesas de toda la vida, no es necesario tener que invertir para ello. Pero también es verdad que el mobiliario, igual que la tecnología, es un elemento que puede ayudarnos cuando está de nuestra parte.
Enseñar matemáticas o ciencia a través de juegos. Hace 10 años esto era impensable y ahora bastantes escuelas lo adoptan y funciona. ¿Éste debe ser el camino?
Este es uno de los caminos: gamificación, paisajes de aprendizaje, PBl… no hay un único camino en cuanto a metodología, sí lo hay en cuanto que tenemos que poner a nuestros alumnos en el centro del proceso. Hay que confiar mucho más en ellos.
A veces los profesores pensamos que por estar hablando durante una hora, los alumnos nos están escuchando atentamente y están aprendiendo. No suele ser así, y cada vez menos. Se aprende más con lo que se hace que con lo que se escucha. No hay fórmulas mágicas, pero estar sentados durante cinco o seis horas escuchando a un profesor detrás de otro, no es nada motivante ni en primaria ni en la universidad.