Desde este mes de abril, Barcelona tiene una escuela de sueño. Y en sentido literal, porque los creadores del proyecto Learnlife han dado forma a los sueños de toda la comunidad educativa creando un espacio educativo pionero. La idea central es dar un portazo al modelo de clase del siglo XIX, que aún sigue reinando en la mayoría de escuelas. En vez de forzar a los alumnos a seguir un programa didáctico preestablecido e igual para todos, se quiere potenciar un modelo mucho más personalizado que ponga en valor aquellos temas que inspiran y apasionan a los alumnos.
Durante el proceso de creación de Learnlife, sus creadores visitaron más de 100 escuelas alrededor del mundo. Tuvieron la oportunidad de hablar con 1874 personas de 29 países (alumnos, padres y profesores) que confirmaron su descontento con el sistema actual. El 95% desea ver cambios en su entorno educativo actual y el 83% no recomendaría su escuela. Estos datos demuestran que algo no va bien. Por eso Learnlife ha tenido en cuenta todas las opiniones para avanzar hacia una escuela que tenga satisfechos a sus integrantes.
Esta aula tan novedosa se basa en potenciar los conceptos de «propósito» y «pasión» desde bien pequeños. Así, los estudiantes serán capaces de detectar aquello que más les motiva y serán capaces de desarrollar habilidades muy útiles para su futuro laboral. De esta forma, estarán motivados para seguir sus sueños con mucha ambición para crear un carrera de éxito.
Pero encontrar eso que nos apasiona no es sencillo. Por eso el principio central de Learnlife es el ikigai. Esta palabra japonesa tiene un significado muy profundo, algo así como «esa razón que te hace levantarte cada mañana». Para encontrar un equilibrio entre lo práctico y lo emocional, cada sesión didáctica en Learnlife empieza con 40 minutos de taller socio-emocional para potenciar el crecimiento personal.
Otros pilares del proyecto son la experimentación a través de un espacio abierto equipado con mobiliario escolar flexible de Mirplay y con las últimas novedades tecnológicas. Por ejemplo, hay un centro multimedia, un estudio de grabación y una zona de impresión 3D.
También es importante tener compromiso con la comunidad, que se adquiere trabajando en grupo de forma cooperativa.
Christopher Pommerening, fundador de Learnlife, cree que España tiene mucho potencial en cuanto a innovación educativa. Este proyecto pionero en Barcelona tiene el objetivo de empoderar a todas las escuelas (públicas y privadas) a hacer cambios positivos para la educación del futuro. De momento, la comunidad de Lifelearn en Barcelona ya tiene más de 100 miembros: 70 learners y 40 profesionales emprendedores que sirven como mentores. Seguro que acabará creciendo y expandiéndose por otras capitales alrededor del mundo.