La historia de Jaume y Gerard, creadores del teatro escolar del siglo XXI

Publicado el 1 Mar, 2017

Jaume Tabernero y Gerard Bellavista son dos estudiantes de la escuela Cervetó de Granollers. Ambos tienen 18 años y tienen claro que estudiarán ingeniería aeroespacial. A Jaume le gusta la hípica y hacer maquetas, mientras que a Gerard le apasiona el fútbol. La dirección del centro educativo estaba en busca de una estructura teatral capaz de adaptarse a las necesidades e intereses de las escuelas del siglo XXI. Por eso, lanzó la propuesta a los alumnos del bachillerato tecnológico para que lo diseñaran y el proyecto elegido fue el de Jaume y Gerard.

«El diseño estaba condicionado por una serie de requisitos previos del colegio y de Mirplay», cuenta Gerard. Los pilares esenciales eran la versatilidad del espacio, que fuera fácil de montar y desmontar, así como que no ocupara demasiado espacio. Con estas directrices, los dos estudiantes crearon una estructura octogonal hecha en base a estrucuras individuales triangulares y rectangulares que se unen entre si creando diversas distribuciones. Estas piezas están hechas con bases de madera y patas y perfiles metálicos. Esta configuración también cuenta con elementos extra, como columnas de metacrilato de forma octogonal que se iluminan. A su vez, contienen una tela autoenrollable en su interior que se puede unir con otras columnas para crear distintos espacios dentro de la misma tarima.

Prototipo de la estructura hecho por los dos estudiantes

Mirplay ha colaborado en este proyecto «aportando un soporte técnico y acercándonos al mundo empresarial», como explican los creadores. «Nos ha permitido desencallar aspectos como la selección de materiales o hacer un diseño más adecuado para adaptarse a la realidad». Aunque creen que aún falta para ver su creación en el mercado, han empezado a tener nociones de la realidad laboral del sector.

Este proyecto ha comportado un gran aprendizaje en torno a la creación de ideas. Jaume y Gerard se han dado cuenta que «a partir de una idea se desencadena otra y de ahí surge una investigación a realizar, con sus correspondientes problemas para resolver». La mejor parte del proyecto ha sido dejar volar la imaginación para dar con nuevas ideas, diseños y tecnologías. Aunque, como en todo proceso creativo, también ha habido tiempo para la frustración cuando aparecía algún problema que encallaba la creación del teatro.

La colaboración con Mirplay les ha ayudado a adaptarse a las necesidades del mercado y a compenetrarse, «sacando los puntos fuertes de cada parte y adquiriendo muchos conocimientos». Ambos agradecen haber podido constatar con qué realidad laboral se encontraran en un futuro próximo.

Los estudiantes acompañados por sus tutoras y Ramon Mir durante la presentación final del proyecto

El balance del proyecto es muy positivo para todas las partes implicadas, ya que ha cumplido con todos los requisitos iniciales. Pese a estar muy satisfechos con el teatro, Jaume y Gerard son críticos y ambiciosos. Tienen la intención de mejorar el proyecto y completarlo para ver a los niños saliendo de la escuela después de utilizar el teatro que han diseñado: «Sería una idea muy bonita, además de competente, porque es una herramienta muy necesaria en el día a día de las próximas escuelas«.